sábado, 29 de octubre de 2011

Puentes sobre el Arno

Las riadas le dan vidilla a ingenieros y constructores. Pero cuando la obra de fábrica se hace con esmero no hay quién pueda con ella. Ese es el caso del puente en arco elíptico más antiguo del mundo, el puente de Santa Trinidad en Florencia. Data del mediados del XVI


Florencia también cuenta con el Puente Vecchio, del siglo XIV, que es el puente construido en piedra más antiguo de toda Europa. Pero su particularidad es que da cobijo a varias tiendas; dicen que por estar exento de tasas (en contra de la norma habitual de la época de instalar una aduana).

viernes, 28 de octubre de 2011

El Rapto de las Sabinas. Paragone.

La historia de los pueblos está repleta de terribles mitologías como esa en que los romanos trampean a los sabinos y raptan a sus mujeres. Lo curioso es que ellas deciden quedarse en Roma a cambio de no tener más obligación que el telar. Por si fuera poco, cuando los sabinos vuelven al rescate resulta que ellas intervien y todo acaba con un gran banquete. ¡Qué leyenda tan estúpida!

A lo que iba, paragone (en italiano "comparación") es una competición de las artes, en el renacimiento, mediante la que se pretendía dilucidar cuál era la primera entre las artes visuales.

Esta escultura, con más de 4 metros, ambienta la Piazza della Signoria (en Florencia) y la realizó Giambologna como argumento de técnica para demostrar que el movimiento en la escultura es superior a la pintura. Yo no me pronuncio en el paragone, pero esta escultura sí que tiene infinitos puntos de vista y un movimiento impresionante.



domingo, 23 de octubre de 2011

Paradigma imperial: Arco de Constantino, Anfiteatro

Constantino fue un tío tan malo, tan malo, que le atormentaba morir y que los dioses le castigaran. Así las cosas, cuando le dijeron que el dios de los cristianos le perdonaría cualquier canallada sin más que solicitarlo, planificó convertirse y se bautizó poco antes de morir.
El arco del triunfo de su nombre es una prueba más de su hacer. Lo mandó construir con el expolio de otros monumentos. No tiene nada original. Pero si lees la inscripción principal notarás lo ambigua de su opinión para con paganos y cristianos (políticamente correcto).


Pero más emblemático fue el Coliseo (y con peor uso). Hasta 50.000 espectadores estuvieron yendo, por pura diversión, para ver cómo mataban a 1.000.000 de personas.



Y el caso es que hoy las cosas no van mucho mejor.
Como dice El Cabrero:

      De escombros,
   van a hacer de la tierra
   un basurero de escombros.
      Nos llevan de guerra en guerra
   con la ignorancia al hombro
   sembrando luto y misera.


jueves, 20 de octubre de 2011

Río Tíber

¿Qué sería de Roma sin el Tíber? Al menos su leyenda fundacional sería diferente, porque la canastilla con Rómulo y Remo no se habría cruzado en el camino de aquella loba y habrían sucumbido a manos de su malvado tío.

El Tíber, como todos los dioses que se precien, tiene mala uva y a veces se desbordaba (pero los romanos ya lo tienen dominado y bien encauzado).

Aquí está una bonita vista nocturna tomada desde el Puente Umberto; al fondo se ve la basílica de San Pedro.


En la próxima entrada pondré el enlace al álbum de Roma.

miércoles, 19 de octubre de 2011

El Discóbolo (del Vaticano)

La semana pasada nos permitimos un bonito viaje por Italia. Aquí traigo alguna cosilla del Vaticano.
El Discóbolo de Mirón se creía que era de bronce, pero nadie sabe porque se perdió en la historia. Tenemos constancia de él a través de las copias romanas de la época.

Esta foto es de la copia del Museo del Vaticano. Si la comparas con la foto del enlace anterior verás que le han despojado de alguna hoja de parra. A juzgar por el agujero que le dejaron más valdría volver a colocar la hoja.


sábado, 8 de octubre de 2011

Manchas solares. Número de Wolf

Heinrich Schwale se obstinó en encontrar a Vulcano ( ¿planeta originario de Spock? ). Creía que algún día observaría su proyección sobre el disco solar. No lo consiguió; pero se percató de que cada 10 años se registraba un máximo de manchas solares.

Rudolf Wolf propuso un método para registrar y computar la actividad solar en base al recuento del número de grupos y manchas (R = 10G + f). Actualmente se cuenta con más de 300 años de registro. Hace dos días pude calcular que, en ese momento, el número de Wolf era 82.

Esas manchas solares aparecen, cambian de aspecto y de tamaño, y luego desaparecen al mes o los dos meses.

Realmente son la manifestación de la intensa actividad magnética que se genera en el interior del sol, donde la líneas de campo se retuercen sobre sí mismas.