Parece que la abuela Nina está engordando. ¿Quién no engordaría recibiendo estos regalos de su nieto? Claro que sí, nuestro nieto es un espléndido maná que endulza nuestras vidas. Y yo murmuro, cada vez que le doy un beso, pero es que rezo para siga tierno y se haga un hombre bueno.
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